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- La Piscina (VIII)
Publicado por : Adycto
23 de xaneiro de 2014
Unha nova entrada do noso relato La Piscina. E xa van oito. Xa falta menos para que remate así que se queres lelo dende o principio podes facelo neste enlace. É un PDF co relato dende o comezo e ao que iremos engadindo as novas entregas ata completalo. Pensamos que así é máis doado de ler.
La cola frente al mostrador de recepción había desaparecido como por arte de magia, así que Pablo no tuvo ningún problema para acercarse a José Luis, el recepcionista que le había ayudado a llegar a su cita con la rubia, y preguntarle dónde podría comprar un disco duro externo. Tras dudar unos segundos y consultar su reloj José Luis le indicó que, lo más seguro, era acercarse hasta PcBox. La tienda estaba en Arrecife, a poco más de 20 kms, pero allí tendrían lo que buscaba y además estaría abierto hasta las 21:00 horas, por lo de las compras de Navidad.
- Pues hazme el favor, le dijo Pablo. Pídeme un taxi para ir hasta allí. Son las ocho y cuarto y no voy a arriesgarme a ir en mi coche, perderme y llegar tarde.
- Inmediatamente caballero, respondió José Luís mientras descolgaba el teléfono para pedir el taxi.
- Una cosa más, le dijo Pablo en cuanto José Luís colgó el teléfono. Necesito enviar mañana a primera hora, a través del servicio de mensajería más rápido que haya en la isla, el disco duro que voy a comprar a lla península. Necesito que esté allí el sábado. Es muy importante para mí.
- No habrá problema, le contestó José Luís con su particular acento. Seur tiene un servicio completísimo de envíos a la península, con entrega los sábados incluida, así que que quédese tranquilo. Por cierto, continuó, el taxi lo recogerá en la puerta en 5 minutos, es el numero 123.
- Gracias José Luis, dijo Pablo. Una última cosa, ¿A qué hora terminas tu turno? Es que me gustaría dejarte ya aquí, en cuanto vuelva de la tienda, el disco duro y los datos del envío para despreocuparme del tema. Y preferiría que lo hicieses tú.
- Salgo a las doce. Así que no habrá problema, caballero. Puede contar conmigo para dejar resuelto el problema, contestó. Mientras usted espera al taxi voy a llamar al servicio de clientes preferentes de Seur para que nos incluyan en su ruta matutina de recogida. No habrá ningún problema. Vaya usted tranquilo a por el disco duro que, cuando vuelva, ya tendremos organizado lo del transporte. ¿A donde quiere enviar el paquete?, pregunto José Luis mientras Pablo ya se dirigía hacia la puerta con un pitillo en la mano...
- A Galicia, a Santiago de Compostela, dijo Pablo de camino a la puerta. Y muchas gracias de nuevo por todo.
Pablo atravesó la puerta del hotel con el cigarro y el mechero en la mano. En cuanto estuvo fuera encendió el pitillo y fumó con fruición. Estaba siendo un día extraño y complicado pero parecía que, al menos una parte, empezaba a encauzarse. Ahora solo le quedaba llamar a Marcos para decirle que todo estaba solucionado y, al mismo tiempo, para tratar de averiguar algo más de todo aquel lío. Un taxi se acercaba así que Pablo apagó el pitillo y se dirigió a el, dispuesto a hacer la llamada durante el viaje a Arrecife.
Una vez acomodado en el asiento trasero del Toyota Prius y, tras hacerle saber al taxista que iba a hacer una llamada, Pablo se dispuso a hablar con Marcos...
- Buenas noches Pablo, dijo una voz al otro lado de la línea.
- Buenas noches Marcos, respondió Pablo. Antes de nada perdona por las horas, continuó, pero llamo para darte buenas noticias. Ya está todo solucionado. El lunes a las 9 de la mañana tendrás el disco duro en tu despacho. Te lo llevará Mayte porque yo estoy en Lanzarote y no regreso hasta después de fin de año.
- Buenas noticias Pablo, respondió Marcos. Las mejores que podías darme. Xosé Manuel, el responsable de comunicación de Turgalicia, lleva todo el día machacándome...
- Ya supongo, le interrumpió Pablo. En cuanto he leído los correos supuse que Xosé Manuel te estaría masacrando. Siento haber respondido tan tarde, se disculpó Pablo, pero estoy de vacaciones y andaba un poco desconectado.
- Ya sé Pablo. Sé que el correo que te mandé era duro pero tendrías que haber visto el que me mandaron a mí de Turgalicia. Son solo negocios, ya sabes, continuó. Siento el mal trago pero tenía que asegurarme de que comprendieseis la urgencia y la importancia de la petición...
- Me hago cargo Marcos. Y no te molesto más, seguro que también tú tienes que hacer una llamada ahora mismo para decir que todo está resuelto...Solo una cosa más, en confianza, ¿Hay algún error en el trabajo? ¿He metido la pata con alguna foto o con algo?
- Que yo sepa no. Vuestro trabajo, como siempre, era de primera. La maqueta de la revista quedó perfecta y las fotos, como siempre, eran estupendas, sobre todo las del reportaje sobre "Turismo Mariñeiro". De hecho, cambiamos la maqueta original para darle más "potencia" a esa foto de los minicruceros por la Ría de Arousa desde el puerto de O Grove. Con las colas de gente esperando para subir...
- Y entonces, interrumpió Pablo,...¿A qué crees tú que viene lo del "bruto"?
- Si el tono en el que me lo pidieron fuese otro hasta podría decirte que era para algo bueno, como un contrato para alguna campaña nueva pero, visto el tono, no tengo ni idea. Lo único que pude sacarle a Xosé Manuel fue que necesitaban el bruto para ver todas las fotos y que, posteriormente, decidirían que cambios harían...
- ¿Cambiar la maqueta?, preguntó Pablo. Eso si que es raro...
- A mí también me sorprendió. Sería la primera vez. Supongo que será cambiar alguna foto, o el tamaño de una, o alguna tontería así... No lo sé, la verdad, solo espero que no sean muchos cambios porque el jueves que viene la maqueta tiene que ir a imprenta...Todo es muy raro, prosiguió Marcos. En la reunión de temas para cada número se especifica lo que se va a meter e incluso el orden de importancia de cada tema...Y, como siempre, todos los temas van según la reunión....Lo único que se me ocurre es que no les gustara alguna fotografía o algo así pero nosotros las revisamos todas una a una hoy y son impecables...La verdad es que no se...
Pero bueno, ahora tengo que dejarte. Tengo llamadas por hacer. Gracias por todo y quedamos así. El lunes a las 9. Y recuerda: necesito todas las copias del material. Así me lo pidieron.
- Entendido, respondió Pablo. Así lo haremos... Y cualquier cosa me llamas, voy a mantenerme operativo por si necesitas algo...
- Gracias por todo Pablo, lo tendré en cuenta. Aunque no te lo creas, nosotros nos jugamos en esto más que vosotros...Un saludo.
Pablo guardó el teléfono en el bolsillo mientras las señales que veía a través de la ventanilla le indicaban que estaban a menos de 2 kilómetros de Arrecife. No acababa de entender nada pero lo importante era que las cosas estaban ahora más calmadas. Compraría el disco duro, volcaría el trabajo de Turgalicia y lo mandaría a casa de Mayte. Luego, con calma, revisaría todas la fotos una a una.
La única decisión que tenía clara, ahora mismo, era que se iba a quedar con una copia del material.
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