Publicado por : Adycto 17 de xaneiro de 2014


Pouco a pouco as vacacións de Pablo estanse a convertir en calquera cousa menos nunhas vacacións. Non deixedes de seguilo porque o mellor está por vir...Se queredes lelo relato dende o comezo premede aquí.








Cuando llegó a la puerta del hotel, Pablo ya había escuchado todos los mensajes de su buzón de voz, conectado la tarifa de datos del teléfono y leído los correos que Mayte y Marcos, el CEO de la agencia Delay, le habían mandado a lo largo del día. También había leído los SMS y wasup relacionados con el "tema" y había fumado no menos de seis o siete cigarros. El paseo al encuentro de la rubia le había llevado apenas diez minutos, pero el camino de vuelta al hotel casi una hora entre paradas para leer correos y paseos para aclarar la mente.

La cosa estaba claro. Tenían que hacerle llegar a la agencia el "bruto" de imágenes del último número de la revista de Turgalicia, antes del lunes 31 a las 12:00 del mediodía. Marcos le había recordado por mail a Pablo que, en el contrato firmado por ambas empresas, Delay aparecía como la propietaria de todo el material fotográfico contratado para los trabajos de edición de la revista. Una forma muy sutil de decirle que quería TODAS las copias de ese material. Además, el correo llevaba una amenaza nada velada  "o cumplís con la entrega del material solicitado en el plazo indicado o nos veremos obligados a romper nuestro relación contractual con vosotros, presente y futura". 

Ya habría tiempo de pensar el por qué de esta extraña petición, pero estaba claro que tenían que entregarle el material antes del lunes. Solo había un problema. El "bruto" aún no estaba almacenado en los discos duros de su apartamento. Lo tenía en el disco duro portátil que llevaba siempre en la funda de ordenador. Con las fiestas aún no había encontrado tiempo para archivarlo y, hasta ese momento, no le había parecido una tarea prioritaria.

Entre el aluvión de noticias que había digerido vía teléfono y el efecto de la cocaína, la cabeza de Pablo bullía como una olla express cuando entró en la recepción del hotel. Eran las ocho menos cuarto y la estancia estaba llena de "guiris" y "godos" deambulando de un lado para otro con la intención de aprovechar al máximo su pulsera de "todo incluido". Pablo tenía las llaves encima, así que no tuvo que hacer cola en el mostrador y pudo ir directamente al ascensor donde, mientras subía, aprovechó para aclarar el orden de llamadas que tendría que realizar: Mayte, Marcos -a pesar de la hora- y, por último, Carmela.

Pablo abrió la puerta de la habitación y buscó el cargador del teléfono para enchufarlo mientras abría la puerta del armario en busca del portátil. Lo sacó de la funda, lo puso encima de la mesa y, en cuanto estuvo encendido, conectó el disco duro externo para comprobar, antes que nada, que tenía el material allí. Una sensación de tranquilidad lo envolvió al comprobar que la carpeta estaba allí y que, en su interior, todo estaba convenientemente organizado en carpetas que atendían al tema de cada notica o reportaje. Lo único que tenía que hacer era comprar otro disco duro, copiar el contenido y enviárselo por mensajería a Mayte para que ella lo entregara en persona.

Pablo se levantó de la silla en la que estaba sentado, frente al ordenador, para coger el teléfono. Mientras lo desenchufaba, metió la mano en su bolsillo, saco el "paquetito" y lo guardó en el cajón de la mesilla de noche. Qué lejos quedaba ahora la borrachera mañanera, el extraño sueño, la rubia o el numerito de la cervecería...

Sentado sobre la cama buscó el móvil de Mayte y marcó. 

- Por fin! fue lo primero que dijo Mayte al otro lado de la línea. ¿Ya estás al día de todo o empiezo por el principio?, continuó.

- No hace falta. Más o menos lo tengo todo claro. Y queda tranquila, siguió Pablo, no va a haber ningún problema para cumplir con lo que nos pide el Marcos este. Eso sí, el "bruto" lo tengo yo conmigo en el disco duro externo que llevo siempre con mi portátil. Pero mañana por la mañana sale para ahí por mensajería, así que tranquila.

- ¡Joder! Suspiró Mayte. Pues es un alivio porque llevo un día que ni te imaginas. Lo siento por llamar a Carmela pero no vi otra salida. Y no veas como me agobió Marcos por teléfono...¿Ya hablaste con él?, preguntó Mayte.

- Tú eres mi primera llamada, respondió Pablo. Luego me toca hablar con él. Y lo siento por el día que llevas, yo también llevo uno muy raro... Te cuento, continuó Pablo. En cuanto hable con Marcos voy a intentar salir a por un disco duro. Aquí es una hora menos y seguro que aún encuentro algún sitio donde comprarlo. Si lo consigo, prosiguió, vengo para el hotel, hago la copia y dejo los datos en recepción para que hablen con una mensajería y te lo manden mañana a primerísima hora en el servicio mas rápido que tengan...¿Pongo los datos de tu casa? Creo que va a ser lo mejor porque llegará el sábado, no se si por la mañana o por la tarde aún...

- Sí, mejor pon los datos de mi casa. Te mando ahora código postal, etc, por wasup, respondió Mayte. ¿Y si ahora no hay nada abierto?

- Pues nada, mañana madrugaría para comprar el disco duro y luego a la mensajería. Está todo controlado, dijo Pablo. Ahora que lo tenemos más o menos organizado quiero hacerte una pregunta: ¿Has tenido algún encontronazo con Marcos antes de esto? Es que me sorprendió mucho el tono de su correo y las amenazas...

- ¡Te juro que no! Y por teléfono fue peor, dijo Mayte. Entiendo que la presión a la que lo estarán sometiendo a él desde Turgalicia tiene que ser brutal pero, aun así, no me parece de recibo. Además, continuó Mayte...¿A qué viene esto? ¿ Será una excusa para contratar a algún "amiguito del alma"? Yo, la verdad, pensé que habías discutido con él o algo así...

- Para nada, respondió Pablo. Y lo de la excusa para largarnos no lo veo...si quisieran dejarnos fuera hay formulas mucho más sencillas de jodernos. No sé, la verdad es que no lo entiendo...

- A mí lo único que se me ocurre, además de lo de jodernos y después de confirmar que no hay nada personal, prosiguió Mayte, es que las fotos tengan algo en lo que no hemos reparado... No sé, ya lo pensaremos, ahora lo importante es resolverlo.

- Tienes razón Mayte, ya habrá tiempo de pensarlo con calma. Bueno, te cuelgo. En cuanto esté el envío hecho te llamo para confirmar hora de llegada y esas cosas. Bicos

- Bicos Pablo. Y perdona por lo de Carmela. Y por joderte las vacaciones.

Pablo colgó el teléfono, recogió las llaves y la cartera y salió de la habitación. Pediría un taxi en recepción y aprovecharía para llamar a Marcos mientras lo esperaba, a ver si lograba tantearlo un poco. 



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