Publicado por : Adycto 2 de agosto de 2006

Como non me considero capacitado para falar do castrismo e do "postcastrismo" sen ter profundizado no tema vos ofrezo, para que vos podades facer unha idea do tema, os editoriais íntegros de dous xornais estatais de importante tirada como son o País e o Abc. Gustaríame poder poñervos o editorial do mundo ao respecto pero, como non estou disposto a pagar unha suscripción de 50 euros, non o podo recoller.


El «final biológico» del castrismo (ABC)


COMO el más característico de los dictadores, Fidel Castro solamente ha consentido ceder provisionalmente el poder cuando se ha visto forzado por los implacables designios de la naturaleza, algo que afortunadamente ningún tirano ha logrado dominar todavía. Puesto que se trata de un sistema político donde no existe libertad de información, el anuncio de que los principales mecanismos del poder del régimen cubano han pasado a manos de su hermano Raúl y del círculo más estrecho de sus colaboradores ha levantado todo tipo de especulaciones, tanto entre la población cubana que resiste las penosas condiciones de vida en el interior del país, como la muy numerosa comunidad del exilio. Tal vez la única información contenida en el comunicado que no ha sido objeto de interpretaciones ha sido la que recordaba que el 80 cumpleaños de Fidel Castro se iba a celebrar en los próximos días, algo que sirve para recordar que a esa edad ciertas afecciones de gravedad, como las que se atribuyen en la información oficial, adquieren un riesgo indiscutible. La decisión de transferir transitoriamente el poder es el síntoma más evidente de que lo que está pasando en La Habana no es una anécdota pasajera, sino el comienzo de un proceso que sin duda desembocará en un cambio histórico en la situación política del país. Puede ser éticamente discutible fijar como elemento determinante de este cambio la muerte de un ser humano, pero hace mucho tiempo que el propio Fidel ha estado obrando de manera que no ha dejado ninguna posibilidad de que Cuba camine hacia las necesarias reformas democráticas, a no ser a través de lo que se ha llamado eufemísticamente «solución biológica», que es lo que en estos momentos tiene todo el mundo en mente.

Aparte de la designación expresa de su hermano Raúl como responsable del Partido Comunista, el Ejército y el Gobierno, que era un mecanismo ya previsto desde hace tiempo por el propio Fidel, la lista de designaciones y encomiendas es una señal muy reveladora de la situación política en el régimen. En realidad, más que un anuncio se trata de una especie de minucioso testamento político en el que Fidel señala, con nombre y apellidos, a sus favoritos, a los que lega expresamente las áreas de gestión que más le han interesado: en primer lugar, la sanidad; seguido por la educación y, finalmente, la administración energética, la última de sus obsesiones dentro de la larga lista de aficiones erráticas a lo largo de casi medio siglo de gobierno despótico. Todas ellas son encomendadas a personas de segundo nivel, mientras que los tres personajes más relevantes mencionados en el documento, aparte del propio Raúl, constituyen el cogollo de la dirección del régimen con el encargo de velar por la administración de los recursos financieros y la formación de una comisión específica para ello: Carlos Lage, Francisco Soberón y Felipe Pérez Roque, el conocido ministro de Relaciones Exteriores. Los expertos interpretarán en su momento la extraña ausencia de toda mención al presidente del Parlamento, Ricardo Alarcón, que desde el punto de vista protocolario es la segunda autoridad del país.

No es de esperar que quienes han seguido y aplicado ciegamente durante casi medio siglo las consignas revolucionarias de la dictadura vayan a ser clarividentes en estos momentos, y lo más que se les puede pedir es sensatez para no entorpecer con violencia la inevitable evolución pacífica hacia la democracia en Cuba. Como todo parece indicar, el final biológico de la dictadura está cerca y no hay perspectivas razonables para pensar que el régimen vaya a poder sobrevivir a su creador. Los cubanos de todas las ideologías están llamados a apoyar un futuro mejor y en libertad para su país, en paz y sin derramamientos de sangre. Bastante sufrimiento ha causado Fidel Castro durante su prolongado ejercicio del poder como para permitir ahora que su desaparición pudiese ser fuente de más dolor para el pueblo cubano.

Eclipse del patriarca (País)

La "Proclama del Comandante en Jefe al pueblo de Cuba", firmada de puño y letra por Fidel Castro y hecha pública ayer, en la que el dictador cubano delega los poderes máximos en su hermano Raúl y diversas competencias en otros miembros del Partido Comunista, ha generado inquietud, interrogantes y grandes expectativas tanto en la isla como fuera de ella. A punto de cumplir los 80 años, resulta evidente que, aunque Castro se recupere de esta crisis intestinal, de la que no se ha ofrecido ningún detalle, y de la intervención quirúrgica, Cuba está ya plenamente sumida en la transición al poscastrismo, sin que nadie sea capaz hoy de decir qué es lo que será la isla cuando termine. El eclipse del gran patriarca de la revolución cubana que sugiere su propia proclama no puede tardar en convertirse en su ocaso definitivo y en la apertura de un nuevo camino político para Cuba, que es de esperar transcurra por cauces pacíficos, hacia una democracia plena sobre las bases de una reconciliación entre los cubanos del interior y el exterior.

Castro delega poder -de manera "interina y provisional"- por primera vez en 47 años, y lo hace en su hermano, otro anciano (75 años). Es la máxima expresión de la incapacidad del régimen para renovarse y emprender una transformación democrática desde dentro, que quizás pudo hacerse cuando se hundió el comunismo. Sólo las condiciones extraordinarias en Cuba, su vecindad con Estados Unidos, el embargo de Washington y la cohesión que supo mantener la dictadura con una movilización continua explican que el anacronismo comunista en la isla haya llegado a nuestros días con la oposición interna controlada y reprimida y un considerable prestigio en la región, fortalecido por la reciente llegada al poder de nuevos populismos izquierdistas, como el del postrer gran aliado de Castro Hugo Chávez.

Nada se sabe sobre el estado real del dictador y, salvo su propia proclama previa a la intervención, todo son especulaciones sobre los movimientos reales que puedan estar produciéndose en la cúpula del régimen. Claro está que el castrismo sin Castro será inviable y que ahora es interés de todos que el proceso que se abre sea pacífico y protagonizado por los propios cubanos. Si en algo coinciden hasta el Partido Comunista cubano y la Casa Blanca es en la necesidad de evitar el caos en la isla, así como una posible avalancha migratoria.

One Response so far.

  1. Anónimo dí:

    Gosto duma boa polémica e deixo aqui uma, a respeito de Castro, que procurei alimentar no meu sítio em: http://novomundo.blog.pt/805827/

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